lunes, 31 de mayo de 2021

Breves acotaciones sobre las ruinas de Dumapara, ¿ciudad cañari?

 

Breves acotaciones sobre las ruinas de Dumapara, ¿ciudad cañari?

 


La ruinas de Dumapara están ubicadas en el cantón Nabón, provincia del Azuay, en las faldas mismas de una colina denominada Totorillas cuya mayor altura es de 2.700 metros sobre el nivel del mar.

 

Estudios realizados por Antonio Fresco y Jaime Idrovo confieren a Dumapara el carácter de tambo incásico como parte del Capagñan (sic), al que también se ha referido Guamán Poma de Ayala con el nombre de Casacuna o Casacono (Hocquenghem, A. M. (2009)). 

 

 

  

La red vial incásica en la región sur del Ecuador; sin embargo, en nuestras referencias documentales hemos encontrado lo siguiente en alusión al tambo colonial de Casacono: “Xavier Quiroga, testigo en el expediente promovido por Francisco Tapia contra Sebastián Serrano y Argudo por los linderos entre Tambo Viejo y Dumapara (1826), dijo “que sabe el declarante de que el camino real antiguo fue por el centro de Tambo Viejo y que pasaba por delante de la casa del finado Basilio Salazar y caminando una poca distancia para atrás, estaba la casa del tambo que servía para hospicio de todos los caminantes para la ciudad de Loxa y otros lugares” [A/M.C.V (1826). Expediente promovido por Francisco Tapia contra Sebastián Serrano y Argudo por linderos entre Tambo Viejo y Dumapara]. Conviene decir que Tambo Viejo se encuentra diagonal a Dumapara, unos pocos kilómetros hacia el Occidente.

 


 

 

La primera referencia documental que hemos encontrado sobre la zona consta de una merced de tierras que el cabildo de Cuenca hace el 5 de mayo de 1572 a Antonio de Sanmartín, de “cincuenta 8 quadras de tierra para sembrar entre Maribiña y Casacona en un lugar llamado Nabuenpata, en unos paredones del Inga, subidos los escalones del río de Casacono yendo a Loxa, a mano izquierda” (sic) [A/M.C.V. Merced de Tierras hecha a Antonio de San Martín, V-5-1572].  

 


 

 

Este trecho del Camino Real partía de “los Tambos Reales”, hoy Pumapungo, hacia el Sur, por la actual avenida Huayna Cápac, el puente Ingachaca —Vergel— rumbo a Loja; el primer tambo documentado es el de Maribiña o Mariviña, cerca de Jima; segundo el de Casacono y tercero el de Oña. Ahora bien, este Nabuenpata podría ser la actual Dumapara y el río Casacono el León; si viajamos de Norte a Sur, a mano izquierda del río León están los paredones del Inga, es decir, Dumapara; hacia 1708 en una composición de tierras que hiciera el Depositario General de Cuenca, don Pedro Coronel del Mora, al señalar los linderos del hato de El Paso indica que en él caben “tres queseras llamadas Charqui, la una, la otra Dumapara y la otra Zhingata” [Carrasco V., M. (1988). El Paso: una hacienda tradicional en la Serra Centro-Sur del Ecuador]. Es esta la primera referencia documental que hemos encontrado sobre Dumapara.


 

 

En síntesis, hemos comentado la posesión de Espinoza sobre los territorios de la provincia incásica de Tomebamba, levantada acaso sobre una situación cultural y territorial preexistente entre los Cañaris: Hatun-Cañar, Pumapungo, Molleturo y Cañaribamba, mientras que Burgos Guevara, basado en cronistas señala: Hatun-Cañar, Tomebamba y Cañaribamba. Nuestra reflexión va en el sentido de que Cañaribamba, situada al Suroccidente de la provincia del Azuay, tiene como centro el valle de Yunguilla y los territorios occidentales hasta El Oro, por lo que queda un vasto territorio presumiblemente cañari en torno a la subcuenca del río León y sus afluentes cuyo centro podría girar en torno a Dumapara, sea  una ciudad, como plantea don Francisco Talbot o un tambo incásico, como quieren Fresco e Idrovo Urigüen porque abarca una extensa zona arqueológica e histórica aún no bien explorada y conocida en la que habría mucho que investigar. 

 


 

 

Para comenzar, Talbot se plantea: “¿Ciudad? ¿En qué tiempo fue construida? ¿Cuál fue la nación que la construyó? ¿Cuál el nombre y la civilización que tenían sus moradores? ¿Fue anterior a la conquista de los incas? ¿Qué hicieron los incas con ella? ¿La edificaron ellos? Y entonces, ¿por qué no ha quedado siquiera la tradición? Si construida por los incas, y llegados inmediatamente los españoles, ¿dónde las crónicas sobre esa gran ciudad?

 

Y ahí está Dumapara, prácticamente un topónimo más del cantón Nabón por que acaso fueron proféticas las palabras que escribió Talbot como epílogo de su artículo: “Porque nada se ha de hacer ni conseguir, creo inútil recomendar al Gobierno y a las sociedades científicas, la conservación y el estudio de esa ruinas. Por eso no lo hago”.

 

¿Cañaris y Situmas?

 

Según la hipótesis de Glauco Torres Fernández de Córdova la denominación arcaica fue Si-Duma, pero como las lenguas aborígenes no tienen /d/, por facilidad, los cronistas la escribieron con /t/, por tanto escribieron “situma” en lugar de “siduma”. Según Calancha, si quiere decir ‘luna’ y duma, ‘dominio de’, lo que sería “dominio de la Luna”, es decir, un pueblo que adoraba a la luna, como lo han señalado algunos investigadores.

 

 


 

La hipótesis trata de explicar que cuando Huayna Cápac arriba a las tierras de Hatun-Cañar ante lo gélido de la temperatura exclama: cañari, que podría decir: “en esta tierra hace un frío que quema”; según Gonzales Holguín en el quechua peruano “quemar campos” o “prender fuego” se decía canarini, pero como aquí se utiliza la /ñ/ se conforma el verbo reflexivo cañarini, con el que se habría apodado al pueblo en donde el frío quemaba, siendo esta una propuesta lingüística válida.

 

Hay asimismo otras interpretaciones, por ejemplo: el término cañari, era empleado por los incas para referirse a los guardias que conformaron las huestes de Huáscar, fueron con Túpac Yupanqui y luego con Huayna Cápac, mitimaes llevados a diversas regiones del Perú. En una visita a Cajamarca conocimos la comunidad de Porcón, que, según el guía turístico, descendían de los mitmas cañaris encabezados por el curaca homónimo. Los cañaris fueron ubicados por Huayna Cápac en el Cusco en el valle de Yucay y otros lugares como grupos domésticos. [Ver: Burgos G., Hugo (2003)]. (O)

 

Dumapara se sitúa en las faldas de Totorillas

 


 

 

“Tres kilómetros más o menos, al norte del pueblo de Cochapata y a las faldas de una colina denominada Totorillas, cuya mayor altura es de 2.760 metros sobre el nivel del mar, se levantan con dirección al sur y desafiando al tiempo y al olvido, las ruinas de Dumapara, en una extensa planicie que gradualmente desciende hasta la profunda y estrecha quebrada de Rafqui, cruzada por el camino de Cuenca a Loja” [Talbot, F. en Octavio Sarmiento A., (s/f). Cuenca y yo. IV], y a 8 kilómetros al sur de la cabecera cantonal de Nabón.

 


 

 

El camino de Cuenca a Loja al que se refiere Talbot es el colonial Camino Real trazado con ligeras variantes sobre el incásico Qhapaq ñan; al Occidente de las ruinas se encuentra el Pueblo de Tamboviejo, antiguo tambo de Casacono que hacia 1618 fuera reubicado al Norte en Nabún, hoy Nabón  [Carrasco V., M., (2007). Nabuenpata, Nabún, Nabón].

 


 

 

Al parecer, en el siglo XVI la zona ubicada en el vértice de los ríos León y Chalcay era conocida como Casacono –Casacuna: estar helando [Cordero C., L., (1968). Diccionario quichua-español. Español-quichua]; según el lingüista Francisco Lojano, Casacono significaría la zona de transición entre las frías tierras de Nabón y las cálidas de la “caldera u hoyada de Uduzhapa”, como denominaban en la colonia a esta última, situada entre los tambos de Casacono y Oña, en donde Talbot ubicara, en 1921, en la loma llamada Ingapirca, entre muchas ruinas, 2 preciosos edificios incásicos. (O)